Lamento nuestra cordura | Benito Alcaraz

Lamento nuestra “cordura”, nuestra “sana” forma de vivir.

Encerrados en nuestros mundos inertes de creencias, de pensamientos, de cultura, de normas, de paradigmas… que solo nos llevan a sufrir y a buscar donde nunca nadie ha encontrado.
He llorado mi “cordura” cientos de veces sin entender lo diferente, lo especial, lo divino, etc. intentando someter la ternura, la belleza, la alegría, la generosidad, la espontaneidad… Con el aplastante, pesado yugo de la educación productiva, basado en cómo ganarse la vida no en cómo vivirla.

He causado dolor a mi propia vida, tantas veces, al no aceptar lo que me ha regalado, bien sea un hijo, un amigo, un alumno o una simple persona que pasa a mi lado, por no reconocer en él su belleza, fijándome tan solo en los feos reflejos que me llegan de mí. Solo he buscado para aceptarlo en mi “cordura” lo que pienso que debe estar y que solo yo he creado en mi cabeza, obviando lo divino del SER que lo porta. El fuerte, insoportable dolor que me lleva a sentirme diferente, etiquetando lo que tanto sufrir me causa, EL TDAH, SÍNDROME DE DOWN, niño de ALTAS CAPACIDADES, DISLÉXICO, AUTISTA, etc. con el único objetivo de que el cadáver de nuestro sistema no se nos caiga encima.

El miedo a ser profundamente humanos, nos lleva sin darnos cuenta al camino de la DEShumanización.

Lamento mucho que en una sociedad como la nuestra, lo que la naturaleza nos regala a cada instante en diferentes formas de personas, brillantes, sensibles, apacibles, calladas, inmóviles, inquietas, curiosas, ruidosas, infinito sinfín de variados sensores de la vida, que solo nosotros etiquetamos, para que estén apartados de la aberrante creación de nuestro mundo, convirtiéndonos a todos en las victimas del sufrimiento de nuestra ciega “cordura”.

Solo hay que mirar profundamente, no con los ojos de lo que sabemos, DESeducados, en cada SER que nos cruzamos sin las etiquetas caducadas de nuestro miedo, adentrarse en la luz de sus ojos y comprobar cómo se da a ti, como confía en ti, sin articular palabra, simplemente para que vivas la experiencia de acompañarlo en su experiencia única de vida, sin juzgarlo, sin educarlo, sin salvarlo, sin desear cambiarlo, él solo necesita que lo ames como él te está amando. Cuando lleguemos a ese punto de locura, no veremos diferencia entre humanos, ni “cordura” en la sociedad que tanto defendemos.
Me aterra, a cada momento, que alguien se me cruce por el camino y no me vea como un loco, como un brujo al que hay que quemar, porque simplemente no ve la poca “cordura” de no apreciar el regalo de la vida, de la diversidad enriquecedora de cada uno de nosotros. De no aceptar la variedad de experiencias que se aportan desde cada persona a la común consciencia humana, alimentándola de forma infinita y recreándose en su reabsorción del mundo desde el prisma que separa como válida cualquier posibilidad existente, convergiendo en la cegadora luz del verdadero amor, aunque, en nuestro mundo de “cuerdos” esas posibilidades se llamen enfermedades, trastornos, déficit, etc.

Hagámonos todos brujos, magos, locos y hagamos que se caiga nuestra estúpida “cordura”, que solo crea muerte DESigualdad y sufrimiento, DESeducandonos para mirar en profundidad los ojos de cualquier SER con el que nos cruzamos y descubrir que el amor que tanto buscamos en nuestra sociedad está al alcance en nosotros mismos ahora mismo…

Te quiero.